El progreso tecnológico, resultado de sociedades creativas, inventivas e innovadoras, es una de las fuerzas más potentes de la historia y seguirá siendo el principal motor de progreso futuro.
El desarrollo económico de la humanidad se aceleró fuertemente a partir de las revoluciones industriales. Como vemos en el cuadro, con cada ola de inventos el crecimiento económico se acelera. Las revoluciones industriales se encuadran en lo que podríamos denominar “la cuarta era”. Esta sigue a las tres primeras: la de la caza y la recolección, la de la agricultura, y la mercantil. La quinta, en sus albores, es la que estamos transitando. Cada era se caracteriza por nuevas tecnologías, métodos de producción, organización social y comportamiento de las personas.
El impacto de la tecnología ha sido disruptivo y se ha acelerado en los últimos años. Si comparamos las empresas más valiosas del mundo, vemos que hoy las de tecnología (Apple, Google, Microsoft, Amazon, Facebook, Tencent y Alibaba, cuatro estadounidenses y dos chinas) ocupan los primeros puestos. Hace 10 años lo eran las petroleras y las de telecomunicaciones (Exxon, Petrochina, China Mobile, Gazprom, Shell, ATT y Sinopec).
Hoy estamos transitando los comienzos de la quinta era, en la cual la robótica, la inteligencia artificial, la impresión 3D, la nanotecnología, la bioingeniería, la ingeniería genética, y la conectividad total y otros inventos que todavía no podemos imaginar cambiarán sustancialmente el mundo personal y de los negocios.
Como consecuencia de ellos, muchos países, grandes y pequeños, están llevando a cabo transformaciones significativas en su fuerza de trabajo, sus inversiones de capital y en su capital social.
Solo algunos ejemplos. En los Estados Unidos se están empezando a observar cambios en los modos de producción y en la composición de la fuerza de trabajo. Desde 2000, la participación sobre el total de trabajadores en la producción manufacturera de aquellos con educación secundaria o menor decreció cuatro puntos, mientras que aquellos con educación universitaria avanzaron 10. Asimismo, los despachos de robots en el mismo período se incrementaron cuatro veces. A nivel del total de empleados, hace 10 años aquellos con nivel universitario constituían el 34% del total; en 2017, el 40 por ciento.
El gobierno chino proyecta que la inteligencia artificial se ha transformado en el nuevo foco de la competencia internacional y que ellos deben generar mediante ella ventajas competitivas, producir el desarrollo de nuevas industrias y mejorar la protección de la seguridad nacional.
Asimismo, que mayor cantidad de profesionales y científicos relacionados con la inteligencia artificial deberían ser entrenados y promover la investigación interdisciplinaria para conectarla con ciencia cognitiva, matemáticas y economía.
En sintonía con esto se está planificando construir un parque tecnológico para el desarrollo de inteligencia artificial con una inversión de dos mil millones de dólares. El caso de Israel, líder en la creación de start-ups, de un ecosistema innovador único y generador de inventos a la vanguardia tecnológica.